Para mi forma de entender
vienen tiempos difíciles, las personas más indefensas van a necesitar de la ayuda
de todos para seguir hacía delante, si nos fijamos la vida viene siendo cíclica,
en el siglo pasado la pandemia que se produjo en 1918, fue la mal llamada
fiebre española, si miráis fotos de esa época, no difieren de las de hoy en
día, quizás si en que son en blanco y negro, mientras ahora son en color.
Todo parece apuntar a que no
aprendemos de nuestros errores, igual que hay asociaciones militares, las
asociaciones como la OMS y otras deberían aprovechar el momento para que
avancemos como sociedad, esta pandemia si ha demostrado algo es que cualquier
problema es global y que por tanto necesitamos de estamentos globales que
vigilen, persigan y cuiden de que en el mundo las cosas se hagan de una forma
ordenada, controlada y ética.
Sí no somos capaces de
pensar de esa manera y no digo yo ( que sí, algo puedo hacer), sino en esos
lugares donde mentes privilegiadas con poder en sus manos, para hacer que las
cosas cambien, tomen la decisión de fomentar las relaciones entre países, ya
sea en medicina, en ciencia, en avances,
en estudios, en nuevas formas de hacer las cosas, fomentando la investigación,
el desarrollo, escuchando a la madre tierra, eliminando todos los productos que
dañan nuestro ecosistema, volviéndonos más sostenibles, más conservadores de la
naturaleza, teniendo cuidado de lo que nos rodea, amando la preciosidad de
nuestros paisajes, cuidando los mares, los bosques, las montañas, los ríos; todo
lo que nos permite que sigamos creciendo, respirando, todo lo que nos hace más
humanos, más sensibles con los problemas de los demás.
Me encantaría cerrar los
ojos y ver que la semilla de las buenas cosas, crece en las personas y que, entre
todos, hacemos que las cosas cambien, no solo para nosotros, sino por el futuro
de nuestros hijos y generaciones venideras.
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