La vida muchas veces nos
golpea, no es fácil, sobre todo si trabajas, si es lunes, si el día a sido
largo, si las cosas no han salido bien. Hay que aprender a contar hasta diez, a
mandar balones fuera, todos nos equivocamos y es importante aprender a
reconocer que hemos fallado, no pasa nada; todos fallamos, lo importante es
darnos cuenta y pedir perdón si es necesario.
Pienso que debemos ir por la
vida con la inocencia de un niño, sentir el amor que nos muestra la vida, ver
la pureza en las flores, la maravilla en los paisajes, pasear cerca de las olas
de un mar calmado con la línea del horizonte a lo lejos. Debemos ser capaces de
sentir que estamos vivos, que nos emocionamos, que somos capaces de sentir
empatía por aquellos que no te caen bien, quizás algún día una de esas personas
te salve la vida.
Así que hazme un favor, si
no ves bien con tus ojos, ponte las gafas de la alegría, de la empatía, del
amor por tus semejantes e intenta percibir todo lo que te rodea, que no se te escape
nada de lo que te haga sentir bien, que llene tu corazón de buenos sentimientos,
tu vida de suspiros de emociones, en definitiva, llenes tu vida de buenos
momentos.
Si no lo haces, pasaras por
la vida sin conocer todas las cosas bonitas que nos da la vida y cuando pases
lista a tu vida veras que solo te enfadaste, trabajaste, dejaste pasar el
tiempo y que muchos trenes que quisiste coger pasaron de largo.
Que el amor de Dios se
derrame en la tierra como maná en el desierto y la semilla del amor florezca
por todo el mundo.
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