Es evidente que las personas
en la vida, muchas veces nos vemos abocados a tener problemas con el dinero, después
de la pandemia, ahora la guerra, con un IPC que esta disparado, los precios
subiendo de forma exponencial, debido a la subida de las energías como el petróleo,
el gas o la electricidad, la presumible subida de intereses que encarecerá nuestras
hipotecas, los países con deudas con niveles insoportables por culpa de las continuas
crisis que hemos sufrido desde el inicio de siglo, no salimos de una y parece
que ya llega la siguiente.
En la vida da mucha pena
porque el dinero muchas veces es el que controla nuestras vidas, nos obliga a
hacer cosas que no son de nuestro agrado; nos hace entrar en dinámicas que no
son aconsejables, en definitiva, pasa a ser el referente de nuestras vidas y
eso no debería ser así. Ya que las cosas más hermosas como la amistad, la
familia, las ideas, el cariño, el amor, los sueños, las ilusiones, que son parte
de las cosas más valiosas de este mundo; no cuestan dinero.
Quiero mandaros un mensaje
de esperanza, debemos de ser capaces de gestionar esos problemas de la
forma más correcta, con reflexiones, con nuevas ideas, valorando los problemas
de la forma más adecuada, pensando que seremos los verdaderos artífices de
nuestro éxito. Fijaros en los ucranianos con la guerra, el dinero es menos
importante, ha pasado a segundo plano, siendo la vida lo más importante, esa
que nos permite sentir, tener ilusiones, emociones, creer y fomentar cosas tan
buenas como la empatía, el bien hacer, ayudar al necesitado, sembrando la
semilla del bien, afirmando que juntos somos más fuertes.
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