Las personas nos
distinguimos en muchos casos por nuestra lucha, es evidente que luchar por sí
solo no es una cosa buena, pero es claro que muchas personas desde temprana
edad se ven abocados a establecer signos de lucha contra la enfermedad, las
adversidades, contra el grupo que no la acepta, esta lucha forja nuestro
sentir, nuestra manera de hacer, la manera de ver, fortalece nuestro cuerpo,
nos lleva a cotas superiores, la humanidad crece en la lucha.
Los que luchan día a día,
entienden que enfrentarse a sus problemas, a sus miedos, a sus inquietudes, les
aporta muchas cosas buenas, que se plasman en crecimiento, en actitud, saber
estar, vemos los problemas más pequeños y por ende nos muestra que podemos
llegar a ser más grandes, más capaces.
No seré yo el que diga que
luchar es bueno, pero en ese elemento se forjan valientes, titanes y lo más
importante, en la lucha se aprende a respetar a tu oponente, a apiadarse de los
que pierden, a no bajar la guardia contra esos elementos que nos hacen daño.
Debemos ser dignos
luchadores, que hagan de nuestra sociedad y de este mundo un mejor lugar donde
vivir.
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