El tiempo pasa sin darnos
cuenta, hace un año acababa de pasar por una neumonía, el futuro se veía
oscuro, no negro. El momento actual es posible que no sea mucho mejor pero
recuerdo que hace unos días estaba eufórico, disfrutando de un concierto de Pablo
Alborán, allí sucedieron cosas especiales y es verdad que cada vez que intento
meter leña al amor de este mundo, este se empeña en demostrarme que no soy
nadie, que mi fuerza es ínfima. Cosa que no voy a poner en duda, bueno quizás es
que no me queda ni tiempo ni fuerzas para intentarlo.
Estoy enfocado en mi azúcar
y quiero compartir con todos vosotros y con todas las personas de bien de este
mundo, que mi alegría se debía a que el 14 de noviembre pasado conseguí, por
primera vez bajar mi glicosilada a 6,5 %, consiguiendo con ello mi primer
objetivo marcado para vencer a mi diabetes, llegar a ese valor no ha sido tarea
fácil, pero como últimamente digo, imposible es una palabra que no me gusta,
porque parece una pared que no sé puede traspasar y los seres humanos ya hemos
demostrado en el pasado, que son muchas las paredes que hemos podido vencer y
dejar atrás.
Así que es momento de
alegría, momento de celebrar lo conseguido, puede que algunas cosas no estén
como deseo, pero es momento de alegrarse, de decirle al mundo que si yo puedo,
cualquiera de vosotros podéis conseguir aquello que deseáis. Simplemente es una
batalla pero lo cierto es que para ganar una guerra es necesario, ganar alguna
batalla, pondré mi esfuerzo en conseguir lo deseado y espero que sirva de
alegría para mis semejantes y una muestra de que con esfuerzo, disciplina, buen
hacer y con la ayuda de Dios que todo es posible. Animo compañeros, esto solo
acaba de empezar pero lo dicho.
Primer objetivo alcanzado,
vamos a por el segundo. Gracias a todos.