Sinceramente, considero que sí.
Seguramente sería necesario
matizar algunas cosas, pero con trabajo y esfuerzo, considero que sí. Al final
es casi lo de siempre. Contéstate a las
dos preguntas, las siguientes:
1. ¿Eres
capaz de darte cuenta, de cuál es tu problema?
2. ¿Puedes
ponerle solución al problema en cuestión?
Como ya comenté en el pasado,
todos disponemos de termostatos, tanto económicos como de salud.
En el económico recuerdo que
en las “21 leyes fundamentales del dinero” una viene a decir que los gastos
tienden a igualar o equipararse con los ingresos, si no entendemos eso, es difícil
que ahorremos más si nuestros ingresos crecen.
En cuanto a tu termostato de
salud, este tiende a hacer todo lo posible, para preservar tu mejor estado de
salud, pero hay que decir que aclimatar tus termostatos a una nueva situación,
siempre conlleva un riesgo. Ya que en todo lo que hacemos, la clave esta en
mantener un balance o mejor dicho un equilibrio en lo que hacemos. Pues el
riesgo esta en perder esa paridad o estabilidad que no genere problemas de
cualquier otro tipo.
Por eso es importante ir
interiorizando todo lo que haces. Ir afianzando lo conseguido, sin perder el
equilibrio interior. Como ves todo lo que haces se va asimilando dentro de ti.
Dicho de otra manera, si tu
le dices a tu organismo, vamos a subir una montaña, el te va a decir: Yo no. Ya
tengo bastantes cosas que hacer y no me apunto.
Ese va a ser tu primer paso,
convencer a tu cuerpo, que ese es el único camino.
Por eso, si das el primer
paso, tu cuerpo dirá, veamos cuan fuerte es tu decisión y te seguirá, con la
claridad que si te ve dudar, intentará bajarse del tren al que te has subido.
Por eso debes recordar que
el paso a paso o el grano a grano, en forma de hábitos, van a marcar la diferencia
en el resultado, no lo dudes.
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