Llega final de año, dije
hace poco que toca pasar cuentas y ver como ha ido el año, en el día de hoy
quiero dar las gracias a todas las personas que me leen y a todas las personas
de bien, que luchan por dejar un mundo mejor a sus hijos.
En mi caso no he alcanzado
las metas programadas, es de justicia, ser humilde y reconocer cuando no
consigues lo esperado, que tu esfuerzo no ha sido el necesario para alcanzar
los objetivos planteados. Podría decir que he
fallado, pero la historia tiene dos puntos de aprendizaje, el primero:
He estado a las puertas de
varias metas planteadas, es cierto que no las alcance, pero si miro atrás,
cuando las plantee, se veían, como metas muy lejanas y casi inalcanzables, he
aprendido mucho; a enfocarme, a sudar tinta, a ver mi cuerpo luchar con ganas y
a dar lo mejor de mí. Son tantas las cosas que no están a tu alcance, con solo
desearlas, que debemos entender que es necesario, no solo tú esfuerzo, tú
lucha, tú estrategia, sino quizás lo más importante disciplina y sobre todo que si las cosas o los elementos no
acompañan, deposites tu fe ciega en el creador, para que él, te dé, ese empujón
que necesitas para llegar al objetivo.
En segundo lugar:
Es tan fortalecedor, ver
como eres capaz de esforzarte, como tu ser va cambiando, en su forma de pensar,
su forma de hacer, como vienen nuevas ideas a tu mente, que pueden darte
aportes extra, para todo lo que desees.
Así pues, agradecer todo lo
aprendido y sobre todo dar gracias a Dios por permitirme seguir con vida, por
permitirme, seguir luchando, sin olvidar, que ser humilde me hace grande a ojos
del padre.
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