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Hemos hablado de microbiota,
intestinos, bacterias. Hoy quiero hablaros sobre los alimentos fermentados que
son cotidianos en nuestra vida y que tienden a aportar beneficios en gran
medida para nuestra salud.
El proceso de fermentación
ha sido utilizado por el hombre para convertir alimentos naturales como la uva
(en vino), la leche (en queso y yogures) la cebada (en cerveza). Estos
alimentos fermentados que son ricos en probióticos, ayudan a nuestro organismo,
mejorando nuestra flora intestinal (microbiota), lo cual favorece la ingesta y
gestión de nutrientes que acceden a nuestro aparato digestivo, consiguiendo
mejores digestiones y favoreciendo al sistema inmune.
Las bacterias utilizadas en
dichos procesos, son buenas para nuestra salud, por ejemplo:
El yogur, mejora la salud
mineral ósea, cuida la presión arterial, beneficia la salud del corazón y
fortalece el sistema inmunológico.
Es indudable que cuidar
nuestro microbiota es esencial para sentirnos saludables, cuanto más rica sea
en bacterias beneficiosas nuestra flora, más fácil será absorber las partes
buenas de los alimentos, rechazando los anti nutrientes o partes menos
deseables.
Pienso que poner alimentos
fermentados en nuestra vida, enriquece nuestro intestino de bacterias positivas
que van a mantener un buen equilibrio y una mejor salud.
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